La inversión en España aún no ha alcanzado los niveles previos a la pandemia de Covid-19, a pesar del significativo incremento del gasto público, impulsado en gran parte por los fondos europeos. Según un informe de la Fundación BBVA y el IVIE, aunque la inversión pública ha aumentado un 28,2% entre 2019 y 2023, sigue estando un 2% por debajo de los niveles de 2019. Esta situación, sin embargo, es considerablemente mejor que la caída del 40% experimentada tras la crisis del ladrillo.
El volumen de inversión pública tras la última crisis económica derivada del Covid-19 ha sido notablemente distinto al de la crisis del ladrillo. En aquella ocasión, la inversión se desplomó debido a las estrictas medidas fiscales impuestas por Bruselas, cayendo un 23,2%. En contraste, el esfuerzo del Estado español en la reciente crisis ha sido apoyado por los fondos europeos Next Generation, que han proporcionado 140.000 millones de euros.
Matilde Mas, directora de Proyectos Internacionales del Ivie y autora del informe, explica que las reglas fiscales deben diseñarse adecuadamente para no obstaculizar la recuperación económica, como ocurrió durante la primera recesión con una política restrictiva. La crisis actual ha beneficiado de los fondos Next Generation y de una mayor flexibilidad en las reglas fiscales, evitando así los errores del pasado.
La distribución de la inversión también ha cambiado significativamente. Mientras que entre 2007 y 2011 las infraestructuras representaban el 50% de las inversiones públicas, entre 2019 y 2023 esta cifra se redujo al 40%. Esto no significa que la inversión en infraestructuras haya disminuido, ya que en realidad aumentó un 27,9%, sino que otras áreas como la sanidad y la educación han recibido más fondos. La inversión en sanidad, por ejemplo, ha representado el 35,31% del gasto público en los últimos cuatro años, frente al 27,61% durante la crisis del ladrillo. La educación también ha visto un aumento significativo, con un incremento del 34,2% en la inversión.
En cuanto a las infraestructuras, la respuesta a la pandemia ha sido mucho más positiva que la respuesta a la crisis del ladrillo. Durante la Gran Recesión, solo las inversiones ferroviarias crecieron, mientras que las demás cayeron drásticamente. En cambio, en la crisis actual, todas las infraestructuras han experimentado incrementos de dos dígitos, con aumentos del 63% en infraestructuras urbanas y del 53,3% en inversiones portuarias.
Estas diferentes respuestas a las crisis económicas han tenido consecuencias distintas para la economía española. Mientras que el PIB se contrajo un 3,6% entre 2007 y 2011, en 2023 ya había superado los niveles de 2019 en un 2,2%. En términos de empleo, la situación también es más favorable ahora, con un aumento del 0,3% en el empleo en 2023 comparado con 2019, en contraste con la caída del 10% en los años posteriores a 2007.