Pese a promover la transformación energética, el Gobierno de España se queda atrás en su compromiso para impulsar tanto la infraestructura de recarga como las ventas de coches eléctricos.
En este sentido, el país enfrenta serios desafíos en su compromiso con la movilidad eléctrica, reflejados en el reciente informe sobre la instalación de cargadores para coches eléctricos. A pesar de los ambiciosos objetivos establecidos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), el país ha instalado solo la mitad de los cargadores prometidos para 2024. En concreto, la red de recarga nacional cuenta actualmente con 32.422 cargadores, muy por debajo de los 64.000 puntos de recarga que se habían comprometido a instalar.
Esta falta de cumplimiento ha sido un golpe significativo para las aspiraciones de descarbonización de España, lideradas por la ecologista Teresa Ribera. Las ventas de coches eléctricos en el mercado español se encuentran estancadas, situando al país a la cola de Europa, solo por delante de Hungría y República Checa en términos de penetración de vehículos electrificados.
El informe señala que, a pesar de un aumento interanual del 10% en la red de recarga pública durante el primer trimestre de 2024, con 3.121 nuevos puntos de carga, la cifra total sigue siendo insuficiente. Además, un problema significativo radica en los cargadores instalados pero no operativos. En los primeros tres meses del año, el número de estos puntos fuera de servicio aumentó en casi 900, totalizando 8.645 cargadores no funcionales, ya sea por estar en mal estado, averiados o sin conexión a la red de distribución eléctrica. Esto representa un 21% de los 41.067 puntos de recarga instalados en el país.
El lento desarrollo de la infraestructura de recarga ha afectado el indicador global de electromovilidad de España, que actualmente tiene una valoración de 14,7 puntos, un crecimiento de solo seis décimas respecto al último barómetro. Esta cifra está muy por debajo de la media europea, que se sitúa en 28,2 puntos, casi el doble de la media nacional.
Según datos de la patronal de fabricantes de coches Anfac, las ventas de vehículos electrificados en España están estancadas, con una cuota de mercado del 10%, incluso peor que en el mismo período de 2023. En el índice europeo, España se encuentra en la parte baja, solo por delante de Italia (18,8), Hungría (18,7) y República Checa (14,8), muy lejos de la media europea del 40,5.
José López-Tafall, director general de Anfac, ha subrayado que otros países europeos avanzan debido a sus claras políticas de electrificación, como ayudas directas y un sistema fiscal favorable, mientras que España necesita un enfoque similar. Según López-Tafall, es crucial que España implemente planes de ayuda efectivos, una fiscalidad positiva y acelere el desarrollo de una red de recarga de alta calidad.