En España, las desigualdades salariales son notorias, con el 85% de la población ganando menos de tres veces el salario mínimo interprofesional. Estas diferencias económicas se reflejan claramente en los patrones de gasto de los hogares, donde aquellos con mayores ingresos tienden a concentrar su gasto en sectores específicos.
Según la Encuesta de Presupuestos Familiares de 2023 del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el gasto medio por familia aumentó un 3,8% respecto al año anterior, alcanzando los 32.617 euros. Este incremento estuvo impulsado principalmente por el aumento en el gasto en restauración (+13,2%), ocio (+9,1%) y ropa (+8,1%), mientras que las comunicaciones (-3%) y las bebidas alcohólicas y tabaco (-1,2%) fueron los únicos segmentos con caídas.
La mayor parte del gasto de los hogares se destina a vivienda y suministros (31,8%), seguido de productos de alimentación (16,4%), transporte (11,6%) y restauración y hoteles (10,2%). Sin embargo, las diferencias más reveladoras aparecen al analizar el gasto por quintiles. Las familias en el último quintil de ingresos gastan 57.209,1 euros al año, 3,6 veces más que las del primer quintil, que gastan 15.879,55 euros.
Las familias del primer quintil destinan una proporción mucho mayor de su gasto a vivienda y suministros (42,5%) en comparación con las del último quintil (27%). En contraste, los hogares más ricos diversifican más sus gastos, destinando mucho más a transporte, restauración, ocio y educación. Específicamente, los hogares del quinto quintil gastan 9,1 veces más en transporte, 9 veces más en restauración, 8,5 veces más en ocio y 7,7 veces más en educación que los del primer quintil.
Las diferencias regionales también son significativas. Por ejemplo, los gallegos gastan 43 euros por persona en joyas, mientras que los navarros solo 11. En juegos de azar, los asturianos destinan 95 euros, en contraste con los 24 euros de los catalanes. Los asturianos también lideran el gasto en vino (54 euros) frente a los extremeños, que gastan 16,5 euros. En cuanto a libros, los madrileños gastan 47 euros, superando a los andaluces, que solo gastan 21 euros. Finalmente, en aceite, los aragoneses gastan 101 euros, mucho más que los valencianos, que desembolsan 47 euros.
Estas cifras ponen de manifiesto no solo las diferencias en poder adquisitivo, sino también en las prioridades y necesidades de los hogares españoles según sus ingresos, reflejando un panorama de desigualdad en el país.