El aceite de oliva ha pasado de ser un artículo de uso diario a un bien de lujo, con unos precios que se han disparado tanto que han hecho que se convierta en uno de los productos más robados en los supermercados.
La cosecha de aceite de oliva en España ha aumentado un 50% este año, lo que anticipa una significativa bajada de precios hacia finales de año. Después de varias temporadas de malas cosechas y precios elevados, la producción de aceite de oliva se ha incrementado de una media de 800.000 toneladas en años recientes a unas prometedoras 1.200.000 toneladas para esta campaña, según estimaciones preliminares.
La causa de este aumento en la producción ha sido una primavera favorable, con lluvias y temperaturas moderadas que han permitido un desarrollo óptimo de los olivos. Las recientes precipitaciones han sido el impulso final para una «muy buena campaña», según Juan Luis Ávila, responsable del olivar en COAG. Estos datos positivos auguran una normalización del sector, con un impacto directo en la reducción de precios para los consumidores hacia finales de año y principios del siguiente.
Aunque los datos aún no son definitivos, Ávila ha destacado que la producción de aceite de oliva ha aumentado en 400.000 toneladas este año, lo que marca un retorno a niveles de producción normales anteriores a la pandemia. Esta mayor oferta en el mercado es esperanzadora no solo para los productores, sino también para los consumidores, quienes han visto cómo el precio del aceite de oliva se ha incrementado en un 300% desde el inicio de la crisis.
La proyección de una bajada de precios es respaldada por otros expertos en la industria. Víctor Roig, director general de Deoleo, que incluye marcas como Carapelli, Carbonell y Bertolli, ha señalado a Vozpópuli, que los meses de septiembre y noviembre serán cruciales para la gestión de los «stocks» y para prepararse para la caída de precios. Ignacio Silva, presidente de Deoleo, también ha afirmado que se espera una reducción en los precios en los próximos meses, como se mencionó en la reciente junta general de accionistas.
El mercado de aceite de oliva ha experimentado una escalada de precios significativa en los últimos años. Desde el inicio de la crisis de precios en 2020, el aceite de oliva ha acumulado un aumento del 316%. Solo en la semana 22 de la actual campaña (del 27 de mayo al 2 de junio), el precio subió un 1,08% respecto a la semana anterior. Comparado con la misma semana del año pasado, el precio ha subido un 30,9%, y respecto a dos años atrás, la subida es del 128,8%.
Según informes del Ministerio de Agricultura, en la semana 40 de 2020, el precio medio del aceite de oliva en origen rondaba los 180 euros por cada 100 kilogramos. Tres años más tarde, el precio ha escalado a 750,27 euros por cada 100 kilogramos, reflejando un aumento de más del 300% en este período.
De esta forma, la reciente buena cosecha ofrece un respiro tanto para los productores como para los consumidores, quienes esperan que la mayor oferta de aceite de oliva finalmente se traduzca en precios más asequibles. Esta normalización del mercado es vista con optimismo, prometiendo una estabilización tras varios años de turbulencias.