El mercado de las criptomonedas en Europa está a punto de experimentar un cambio significativo con la entrada en vigor de la normativa europea Markets in Crypto Assets (MiCA) en diciembre de 2024. Esta regulación, cuyo despliegue comenzó en junio, proporciona un marco legal que hasta ahora no existía y abre la puerta a que los bancos españoles puedan involucrarse en el negocio de los criptoactivos. Sin embargo, los principales bancos españoles, como Santander, BBVA, CaixaBank y Sabadell, se muestran reticentes a adoptar estos activos, restringiendo su oferta prácticamente a la banca privada.
El Grupo Santander, el mayor banco de España, ha dejado claro que no tiene planes de ofrecer activos digitales de manera proactiva. Aunque tiene un servicio de compraventa y custodia de criptomonedas en Suiza para sus clientes de banca privada, no asesora ni promueve estos productos activamente. Solo ejecuta órdenes de clientes que cumplan con los requisitos legales para invertir en criptomonedas. Esta postura refleja una cautela significativa en un sector que aún está en fase de consolidación y regulación.
Por su parte, BBVA es la entidad que se muestra más abierta a este negocio. Ya ofrece servicios relacionados con criptomonedas en geografías donde la regulación lo permite. Por ejemplo, sus clientes de banca privada en Suiza pueden comprar y vender bitcoin y ether, y en Turquía ofrece un servicio de custodia para particulares. En España, comercializa un bono de Fidelity que replica al bitcoin. David Puente, responsable de Client Solutions de BBVA, ha señalado a El Economista, que los bancos tienen una gran oportunidad en el mercado de los criptoactivos debido a su capacidad para cumplir con la regulación, generar confianza y garantizar la seguridad operativa. No obstante, la expansión de estos servicios en España será gradual y dependiente de los contextos regulatorios y de mercado.
CaixaBank también está explorando el potencial de los criptoactivos. Aunque ha trabajado en proyectos para adaptar la normativa MiCA a la práctica, la entidad aún no ha tomado una decisión definitiva sobre su entrada en este mercado. Las dudas persisten debido a la necesidad de mayor claridad sobre la definición de criptoactivos y su contabilización. Hasta que estos aspectos no se resuelvan, CaixaBank se mantiene cauteloso.
Sabadell, por su parte, ha cerrado la puerta a las criptomonedas por el momento. La entidad ha indicado que la comercialización de criptomonedas no está entre sus prioridades actuales. Esta postura refleja una estrategia conservadora en un contexto donde la adopción de criptoactivos aún está en sus primeras etapas y enfrenta varios desafíos regulatorios y de mercado.
La llegada de MiCA a Europa es vista como un catalizador para la adopción institucional de criptoactivos. La normativa proporciona un marco que ofrece seguridad y confianza, lo que podría acercar a los bancos tradicionales y a los clientes más reticentes. En países como Francia y Alemania, ya se está observando un incremento en la presencia de custodios y plataformas de intercambio de criptomonedas. En España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) está reforzando sus equipos para manejar el aumento de solicitudes de licencias para operar en el mercado de criptoactivos.
Luis Garvía, miembro de la Junta Directiva de Alastria, ha señalado que MiCA permitirá a las entidades financieras acelerar su transformación incluyendo los criptoactivos en su oferta de servicios. Aunque la adopción de la banca europea está siendo desigual y progresiva, algunas entidades llevan años estudiando la tecnología blockchain y sus aplicaciones en el sector financiero, lo que les permite avanzar rápidamente con la nueva normativa. Otras entidades, en cambio, están comenzando a acercarse a los criptoactivos debido a la presión regulatoria y competitiva.
A pesar de la reticencia inicial de los grandes bancos españoles, MiCA marca un hito importante en la regulación de criptoactivos en Europa. La normativa aún tiene aspectos que deben ser desarrollados, especialmente en lo que respecta a las finanzas descentralizadas y las transacciones entre pares sin intermediarios. Sin embargo, su implementación es un primer paso significativo hacia una mayor integración de los criptoactivos en el sistema financiero tradicional.