Es uno de los temas más seguidos desde el inicio de la crisis económica que ha llevado a muchas familias a destinar cada vez más recursos al pago de préstamos, en especial los hipotecarios: los tipos de interés. Todavía más cuando se ha confirmado la su rebaja por parte del Banco Central Europeo.
El tipo de interés, o simplemente interés, es lo que pagamos a un banco a cambio de que nos preste dinero, o lo que nos paga el banco por depositar nuestro dinero. En este sentido, nos permite entender lo que nos va a costar un préstamo o lo que ganaremos con los depósitos que tengamos en el banco.
Cómo afectan a la economía
Los tipos de interés, al igual que la inflación, fenómeno con el que guarda cierta relación, repercuten directamente sobre diversos aspectos de la economía. Por ejemplo, impactan en la rentabilidad de las inversiones, aunque claro, dependerá de la cartera de inversión que se posea: los sectores de actividad, las clases de activos, y otras variables.
Las fluctuaciones de los tipos de interés afectan directamente a los créditos y préstamos, incluyendo las hipotecas que solicitan empresas y particulares. Además, repercuten sobre la valoración de activos como acciones, bonos y derivados, incluyendo fondos de inversión y planes de pensiones. Para la mayoría de los inversores, la repercusión de los tipos de interés en sus operaciones dependerá de la composición de su cartera de inversión.
Cuando los tipos de interés suben, el precio de las acciones y de los activos de mayor riesgo, como las criptomonedas, tiende a caer. En un entorno de tipos elevados, los inversores prefieren asumir menos riesgo, inclinándose por inversiones más seguras como las Letras del Tesoro. Este comportamiento resalta la importancia de la diversificación, que permite compensar riesgos y lograr mejores resultados a largo plazo. Aunque se necesita tiempo para que los efectos de las decisiones de política monetaria se hagan evidentes, estas decisiones afectan directamente a las bolsas de valores.
En general, cuando los tipos de interés suben, las bolsas bajan. Esto sucede porque hay menos dinero disponible, los consumidores invierten menos y las empresas enfrentan inestabilidad. Sin embargo, los bancos suelen mejorar sus beneficios debido al aumento de los tipos de interés.
Las acciones y los bonos tienen dinámicas diferentes. Los nuevos bonos emitidos en un entorno de tipos altos se vuelven más atractivos por su bajo riesgo y mayor rentabilidad. En contraste, los bonos en circulación se deprecian, ya que fueron emitidos con tipos de interés más bajos y, por tanto, pagan menos intereses, lo que disminuye su precio.
En cuanto a los fondos de inversión, desde junio de 2019 ha habido un mayor interés por estos, estabilizándose desde febrero de 2022. Los fondos de renta variable internacional, renta fija internacional y renta fija mixta internacional son especialmente populares para la colocación del ahorro de los hogares. A nivel internacional, son una opción favorita.
El saldo de inversión en valores representativos de deuda ha mostrado una tendencia descendente desde septiembre de 2020, aunque ha comenzado a remontar desde septiembre de 2022. Estos instrumentos a corto plazo ofrecen elevadas rentabilidades en un entorno de subidas constantes de los tipos de interés, frente a los tradicionales depósitos.
Los tipos de interés bajos pueden llevar a las empresas a realizar inversiones de baja rentabilidad a largo plazo. El aumento de precios de bienes y servicios puede afectar los beneficios de las empresas que cotizan en Bolsa, ya que la inflación reduce la rentabilidad real de las inversiones financieras.
Las inversiones en materias primas tienden a bajar cuando suben los tipos de interés. Este entorno no es favorable para invertir en materias primas, y lo mismo ocurre en sentido contrario.
En el sector inmobiliario, las hipotecas se encarecen con el aumento de los tipos de interés, lo que reduce la demanda de vivienda. Los pagos de alquiler también se vuelven menos competitivos en este entorno. El sector inmobiliario puede actuar como un depósito de valor en tiempos de elevada inflación y subidas de tipos, aunque el crowdfunding inmobiliario se presenta como una opción de refugio con un riesgo moderado y alta rentabilidad.
La renta fija también se ve afectada por las subidas de tipos de interés, aunque su impacto depende del método de inversión, ya sea directa o a través de fondos de inversión. Es importante recordar que la renta fija solo es fija hasta su vencimiento.
Para las administraciones públicas, los tipos de interés bajos representan una oportunidad para endeudarse ya que les permite hacerlo ‘a cuenta’. Aunque esto también trae un problema, si optan hacerlo para financiar el gasto corriente, podrían generar una deuda creciente a futuro.