La inflación en la eurozona ha repuntado en el quinto mes del año, situación que pone en juego la bajada de los tipos de interés que se ha anticipado para el primer semestre del año.
El índice de precios al consumo (IPC) de la eurozona ha escalado al 2,6% interanual en mayo, según datos de Eurostat publicados este viernes, superando en una décima las expectativas de los analistas. La inflación subyacente, que excluye energía, alimentos, alcohol y tabaco, también ha aumentado dos décimas, alcanzando el 2,9%. Este incremento supone una mala noticia para el Banco Central Europeo (BCE), que tenía previsto comenzar a recortar los tipos de interés la próxima semana. La elevada inflación subyacente, cercana al 3%, complica aún más el panorama económico.
El incremento de la inflación en la eurozona ha sido anticipado por los datos de inflación de Alemania, donde la inflación nacional subió dos décimas hasta el 2,4% interanual en mayo. El índice subyacente alemán se ha mantenido en un 3%, lejos del objetivo del 2%, en parte debido a factores como el aumento salarial del 6% en el primer trimestre y el efecto base del ticket de transporte público introducido el año pasado.
En España, el IPC ha subido tres décimas en mayo, alcanzando el 3,6%, impulsado por el aumento de los precios de la electricidad y una menor reducción en los precios de los carburantes. La inflación subyacente en España ha subido una décima, situándose en el 3%. En Francia, la inflación se ha mantenido estable en el 2,2% en mayo, debido a una desaceleración en los precios de los servicios compensada por el aumento de los precios de la energía.
La robustez del mercado laboral en la eurozona contribuye a la presión inflacionaria. La tasa de desempleo cayó al 6,4% en abril, el nivel más bajo en la historia de la zona euro, con una reducción de 100,000 desempleados, en gran parte proveniente de Italia. Esta solidez del empleo, junto con el aumento de los ingresos y un nivel aceptable de ahorro, apunta a un repunte del consumo privado este año, según analistas de Danske Bank.
Los datos de inflación y empleo sugieren que el BCE podría reconsiderar su estrategia de recorte de tipos de interés tras el próximo 6 de junio. La presión inflacionaria interna, impulsada por un mercado laboral fuerte y un crecimiento económico moderado, podría llevar al BCE a adoptar un enfoque más cauteloso respecto a la política monetaria en los próximos meses.