El Ministerio de Hacienda ha decidido frenar la reforma fiscal que tenía como objetivo eliminar la obligación de presentar la declaración del IVA a los autónomos con ingresos anuales por debajo de los 85.000 euros. Esta reforma se había estado gestando durante más de un año, y se esperaba que el informe de conclusiones se entregara en diciembre del año pasado a la mesa de trabajo compuesta por agentes sociales y asociaciones de autónomos. Sin embargo, este informe nunca se presentó, y la mesa no se ha vuelto a reunir en todo el 2024.
La eliminación de la declaración del IVA para aquellos profesionales con ingresos inferiores a 85.000 euros se deriva de una Directiva europea de febrero de 2020, que busca homogeneizar la tributación del IVA en la Unión Europea. Los países miembros deben implementar esta Directiva a partir del 1 de enero de 2025. Sin embargo, las fuentes indican que, a menos de seis meses del final del año, es improbable cumplir con este plazo debido a la falta de un texto normativo listo para iniciar su tramitación.
Eduardo Abad, presidente de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), ha señalado que Hacienda ha retrocedido en su intención de suprimir la declaración del IVA para los autónomos. En su lugar, solo eliminará esta obligación para los profesionales y empresas involucradas en exportaciones e importaciones. Abad sugiere que la reforma ha sido congelada porque presentaba lagunas económicas y fiscales que podrían aumentar la brecha existente entre el Impuesto de Sociedades y los profesionales que tributan por el IRPF.
Abad afirma que la reforma debía ser más profunda, no solo modificando el sistema de módulos o de tributación de los autónomos, sino también incorporando deducciones adicionales para reducir la alta carga fiscal que enfrentan los autónomos. La reforma fiscal propuesta incluía, además del régimen franquiciado del IVA, el incremento de deducciones para gastos difíciles de justificar, como teléfono o suministros, que regresarían al 5% en 2024 después de haber sido incrementados al 7% en 2023. También se planteó aumentar esta deducción al 10% y permitir nuevas deducciones, como gastos por comida o locomoción, que actualmente son permitidos a las empresas.