Uno de los escenarios que quedaron abiertos luego de la negativa de Sabadell a una fusión con el BBVA se ha consumado: el banco vasco ha lanzado una oferta pública de adquisición (OPA) hostil.
De esta forma, el consejo de administración del BBVA ha decidido irse por la vía hostil para adquirir el 100% de las acciones de Banco Sabadell. Por su parte, el banco catalán ha vuelto a reiterar su negativa a fusionarse tras conocerse la intención de la OPA. La transacción está condicionada a alcanzar más del 50 % de aceptación de los accionistas.
El banco vasco plantea «un canje de una acción de BBVA por 4,83 acciones de Sabadell, lo que supone una prima del 30% sobre los precios de cierre de las dos entidades del pasado 29 de abril y del 50% sobre la media ponderada de los últimos tres meses», de acuerdo al comunicado.
También afirma que la oferta plantea una prima del 50% sobre la media ponderada de los últimos tres meses. De conformarse la transacción se conformaría uno de los mayores bancos europeos, con una cuota en préstamos cercana al 22% en España, destaca el banco vasco. La oferta del BBVA valora el Sabadell en poco más de 11.530 millones de euros, por encima de la capitalización actual roza los 9.790 millones de euros.
La entidad financiera destaca que de completarse la operación mantendrá su actual política de remuneración a los accionistas así como su compromiso de distribuir cualquier exceso de capital por encima del 12%.
BBVA hizo un gran esfuerzo en economías emergentes pero ante el contexto y necesita potenciar la presencia en el mercado europeo. Pero en el contexto regional, es más fácil una fusión nacional que una europea.
Por parte del Gobierno llama la atención el cambio en la postura sobre la operación. Hasta el día de ayer, el Ministerio de Economía se mostraba de acuerdo pero ahora, el Ejecutivo se alinea a la postura de Esquerra Republicana que ha criticado la posible fusión, con la esperanza de que el banco catalán devuelva su sede social en algún momento a la comunidad autónoma, de la que salió luego de los hechos del ‘procés’.
Asegura el Gobierno que la operación “tiene efectos lesivos en el sistema financiero español”. Estiman que traería como consecuencia una pérdida en el número de trabajos y un incremento en los costes del crédito.
Sin embargo, el CEO del BBVA, Carlos Torres Vila, rebate estas criticas al afirmar que la fusión tendría impactos financieros “muy positivos” por las sinergias que se crearían, la complementariedad y excelencia de ambas entidades.
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