Distintos informes ponen de manifiesto que los trabajadores altamente capacitados están poniendo rumbo a otros países.
En España, la fuga de talento directivo ha alcanzado niveles alarmantes, impulsando a cerca del 40% de las empresas a buscar directivos en el extranjero, según informa Synergie.
Este fenómeno se debe a una combinación de jubilaciones masivas de la generación del baby boom y una crisis económica exacerbada por la pandemia, lo que ha desencadenado una escasez significativa de profesionales calificados para puestos de alta responsabilidad.
La selección de estos profesionales es particularmente compleja, con procesos que pueden extenderse hasta tres meses. Entre las principales razones que motivan la salida de talentos del país se encuentra la discordancia con la cultura empresarial, que afecta al 37% de los directivos, seguida de limitadas oportunidades de crecimiento profesional (29%) y una deficiente conciliación entre la vida laboral y personal (27%).
El éxodo no solo representa una pérdida de capital humano crítico, sino que también conlleva un significativo impacto económico. Según un informe de la Fundación BBVA-Ivie, alrededor de 400.000 personas altamente cualificadas abandonaron España en 2022, lo que se traduce en una pérdida económica estimada en casi 155.000 millones de euros, un aumento del 40% desde 2019. Este drenaje de cerebros se dirige principalmente hacia otros países de la Unión Europea, con un 38,7% de los emigrantes eligiendo esta región como su nuevo hogar.
La fuga de talento no solo se limita a profesionales de rangos inferiores, sino que también afecta a los directivos, cuya movilidad ha sido documentada en el Informe de Movilidad del Mercado de Trabajo en las Fuentes Tributarias del Ministerio de Hacienda. Este informe revela que el 15% de los directivos en España han dejado sus puestos en un año, una cifra que refleja un déficit del 8,4% en la adquisición de nuevos talentos para estos roles.
Este panorama subraya la necesidad crítica de adoptar estrategias de retención más efectivas y de fomentar un entorno que no solo atraiga sino que también mantenga a los profesionales de alto nivel. Esto incluye mejorar las condiciones de trabajo y crear oportunidades de desarrollo que alineen con las expectativas y aspiraciones de los directivos modernos. La respuesta a esta crisis de talento requiere un enfoque multifacético que aborde tanto las causas subyacentes de la insatisfacción laboral como las barreras estructurales que impiden la retención de directivos cualificados en el país.