El Gobierno de Pedro Sánchez se enfrenta a la cruda realidad de las proyecciones económicas internacionales que descartan la posibilidad de alcanzar la meta del pleno empleo fijada en el 8%. Tanto el Fondo Monetario Internacional (FMI) como la Comisión Europea pronostican que el desempleo en España no descenderá del 11% en los próximos años.
El FMI estima que la tasa de desempleo se situará en un promedio del 11,6% en 2024 y del 11,3% en 2025. A su vez, la Comisión Europea proyecta un desempleo del 11,6% en 2024 y del 11,1% en 2025.
«Se prevé que el crecimiento del empleo se moderará a medida que se normalicen las afluencias migratorias y que la tasa de desempleo disminuya lentamente hacia el nivel estructural a medio plazo de 11%, aproximadamente».
Estas previsiones chocan frontalmente con el compromiso del Ejecutivo español, que se había propuesto reducir el desempleo al 8% antes de 2027. El presidente de Gobierno había afirmado que “Un Pacto de Estado por el Pleno Empleo para bajar la tasa del paro al 8% y reducir a la mitad el desempleo juvenil”.
De acuerdo a los datos oficiales, España es actualmente el país con más desempleo de la Unión Europea, un 12,1% en 2023.
Sin embargo, cada vez son menos los organismos internacionales que ven posible bajarlo siquiera al 10%. Los informes de organismos como el Banco de España y la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) también apuntan en la misma dirección, proyectando un paro del 11,6% en 2024 y del 11,1% en 2025.
Desde el Banco Central considera que el desempleo «continuará reduciéndose, pero a un ritmo más lento que en años anteriores por la moderación esperada en el ritmo de creación de empleo y el crecimiento previsto de la población activa. Como resultado, la tasa de paro permanecerá por encima del 11% en 2026».
Por su parte, la AIReF advierte sobre la existencia de desajustes entre los perfiles de los desempleados y las vacantes disponibles en las empresas, lo que dificulta aún más la reducción del desempleo. En este contexto, los organismos coinciden en la necesidad de implementar reformas adicionales en el mercado laboral y en el sector educativo para abordar esta brecha estructural en España y avanzar hacia el objetivo del pleno empleo.
«La evolución de la tasa de paro, el empleo, la actividad y las vacantes sugiere que existen ciertos desajustes entre los perfiles de los desempleados y las características de las vacantes de las empresas, al tiempo que la tasa de paro se sitúa próxima a su valor estructural», estima el organismo.