El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, ha dejado entrever la posibilidad de una contraopa española en Talgo como alternativa a la entrada del grupo húngaro Magyar Vagon en el fabricante de trenes.
Puente, en una participación en un evento organizado por Europa press, ha manifestado que están «a la espera de otros actores, inversores y fabricantes, que entren en juego», mientras observan la opa «con el máximo cuidado». Esta postura surge después de que semanas atrás se mostrara abiertamente el rechazo del Gobierno español a la entrada de inversores magiares en la fabricante de trenes.
El ministro ha definido la operación impulsada por Ganz-Mavag como un “problema geopolítico”. Ha incidido en que la empresa húngara posee tecnología relacionada con la movilidad militar de países bálticos, así como nexos con Rusia y con la extrema derecha húngara, por lo que ha reiterado su rechazo a que se complete la compra de Talgo.
Ante esto, ha abierto la posibilidad de una contraopa liderada por una compañía española, evitando así la presencia de inversores húngaros. Puente no ha descartado que el Estado participe en esta oferta, aunque no ha definido el papel que tendría. «Esa alternativa se puede constituir sin el auspicio del Gobierno de España, pero si hubiera que auspiciarla, valoraríamos hacerlo», afirmó el ministro.
La intervención del Gobierno en el capital de Talgo a través de la SEPI ha sido contemplada como una opción, siguiendo un modelo similar al ejecutado previamente para contrarrestar el desembarco de la saudí STC en Telefónica. Cabe destacar que la opa lanzada por Magyar Vagon cuenta con el respaldo del fondo estatal húngaro Corvinus.
Puente ha expresado dudas sobre la capacidad industrial de Magyar Vagon para satisfacer las necesidades de producción de Talgo, señalando que las fábricas en Hungría podrían no tener la capacidad suficiente. A pesar de ello, reconoció que Talgo necesita aumentar su capacidad de producción para cumplir con sus pedidos.
“La tecnología de Talgo es muy moderna. No tenemos muy claro que las fábricas de Hungría tengan la capacidad para, en el corto plazo, resolver el problema de falta de producción que tiene Talgo. No es lo mismo tener una fábrica ahí, bueno, pues medio vacía, con una mano de obra acostumbrada, por ejemplo, a amolturar, que la tecnología de soldadura de aluminio. No parece que sea eso tan fácil de hacer en Hungría como se dice”.