La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) proyecta una inflación en torno al 3% para el año 2024.
En marzo, la inflación general experimentó un aumento de cuatro décimas, alcanzando el 3,2%, mientras que la inflación subyacente mostró una tendencia gradual a la moderación, situándose en el 3,3%, dos décimas menos que en febrero. Las estimaciones indican que la inflación se mantendrá en niveles en torno al 3,0% a lo largo de 2024, aunque se espera que la inflación subyacente continúe moderándose. Sin embargo, esta evolución estará condicionada por el ritmo de reversión de las medidas antiinflacionarias y los precios de las materias primas en los mercados internacionales.
Los alimentos siguen siendo el principal motor inflacionario, aunque se observa una marcada desaceleración. Tanto los precios de los alimentos procesados como los no procesados se sitúan en sus niveles más bajos desde el inicio del conflicto en Ucrania hace dos años.
Por otro lado, los productos energéticos han dejado de contribuir al descenso de la inflación al registrar nuevamente tasas interanuales positivas, aunque aún moderadas. Este cambio se debe a la eliminación de la reducción del IVA sobre la electricidad en marzo, que pasó del 10% al 21%.
Comparando la evolución del Índice de Precios al Consumidor (IPC) con el IPC a impuestos constantes, se observa que la inflación habría aumentado cinco décimas menos en marzo. Esto significa que, de haberse mantenido las medidas de reducción de impuestos con respecto a marzo de 2023, la inflación habría sido del 2,7%.
En la Unión Monetaria, la inflación sigue desacelerándose, situándose en el 2,4%, mientras que en España el Índice de Precios al Consumo Armonizado (IPCA) aumentó su tasa hasta el 3,3% en marzo, lo que amplió la diferencia a nueve décimas.
Para preservar la competitividad de la economía española, sería prudente evitar la adopción de medidas que incrementen aún más los costos para las empresas o generen mayor incertidumbre. En este sentido, el acuerdo alcanzado por los agentes sociales para el V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) resulta crucial, ya que establece un marco para la determinación de los incrementos salariales que fomenta la confianza y ayuda a evitar una espiral inflacionaria.