Varapalo para las rentas bajas.
La decisión del presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, de no presentar los nuevos Presupuestos Generales trae consecuencias en muchos ámbitos.
La falta de nuevos presupuestos para el año 2024 en España genera repercusiones significativas especialmente para aquellos que perciben el Salario Mínimo Interprofesional (SMI). De esta forma, los beneficiarios del SMI se verán obligados a tributar por el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), lo que elimina las ventajas fiscales que se habían contemplado para las rentas más bajas.
La decisión, justificada por Pedro Sánchez con el adelanto de las elecciones en Cataluña, deja en suspenso la medida que formaba parte de una reforma más amplia de la Ley del IRPF incluida en los presupuestos. El presidente anunció la renuncia a aprobar los presupuestos para 2024 ante el contexto electoral en Cataluña, considerando que no era oportuno negociar nuevas cuentas en medio de una campaña política que involucra a los socialistas catalanes y a otros partidos por el control del gobierno regional.
Esta decisión del Ejecutivo socialista ha generado incertidumbre en materia fiscal y ha dejado en el limbo importantes reformas tributarias que afectan directamente a los contribuyentes.
Entre estas reformas pendientes se encontraba el aumento del mínimo exento de IRPF y la reducción de las retenciones para salarios cercanos al SMI. Estas medidas estaban destinadas a aliviar la carga impositiva para aquellos que se encuentran en los tramos más bajos de ingresos, pero su implementación se ha visto postergada debido a la falta de aprobación presupuestaria. Esta situación refleja un retraso en las reformas fiscales planificadas y genera incertidumbre sobre su eventual aplicación.
Ante esta situación, se plantea la posibilidad de que el Gobierno recurra a la figura del Real Decreto-ley para intentar llevar adelante estas medidas fiscales de manera urgente. Sin embargo, esto podría generar debates sobre la necesidad y la urgencia de las reformas propuestas, así como sobre la estabilidad y predictibilidad del sistema fiscal en el país.
En cuanto a los efectos prácticos, los contribuyentes que ganan menos de 22.000 euros al año podrían enfrentarse a un escenario inesperado en su declaración de la renta. Aunque inicialmente se había anunciado una reducción de las retenciones para estos contribuyentes, la falta de aprobación presupuestaria significa que la situación fiscal para este grupo de personas no cambiará por el momento, lo que podría generar confusión y preocupación entre los afectados.