Cambio de tendencia.
El consumo de la moda ha caído en los últimos años ante los cambios en los hábitos de las personas, especialmente en los jóvenes.
Esta variación en los hábitos de consumo de moda está impulsando el crecimiento del mercado de segunda mano y la preferencia por las llamadas marcas low cost. A medida que los consumidores buscan opciones más sostenibles y económicas, las marcas de moda se enfrentan al desafío de adaptarse a esta nueva realidad y encontrar formas innovadoras de atraer a los consumidores jóvenes
Datos recientes revelan una disminución notable en el gasto anual en ropa, pasando de 584 euros en 2008 a 393 euros en 2023. Este descenso se atribuye principalmente a un cambio en la mentalidad de los consumidores más jóvenes, quienes están optando por invertir su dinero en otras actividades y son cada vez más conscientes del impacto ambiental de la industria de la moda, por lo que apuestan por la moda circular.
De acuerdo al informe ‘La moda ante un consumidor diferente’, de Kantar Worldpanel, ha habido una transformación en los patrones de consumo, con un crecimiento exponencial en el mercado de segunda mano. Plataformas como Wallapop y Vinted han aumentado el 74,7% en las búsquedas de productos de moda reutilizados. Los consumidores, especialmente los jóvenes, están recurriendo cada vez más a estas opciones para adquirir ropa de manera más económica y sostenible.
Este cambio en la forma de comprar está afectando directamente a las marcas de moda, que luchan por mantener y atraer a nuevos clientes jóvenes. Aunque marcas como Inditex, con su buque insignia Zara a la cabeza, han logrado resultados impresionantes, el sector en su conjunto enfrenta desafíos significativos. A pesar de mantener precios estables, las tiendas de ropa han visto una disminución en el volumen de compra, lo que sugiere un retroceso en el consumismo y una mayor preferencia por adquirir productos estrictamente necesarios.
La preferencia por marcas low cost también está en aumento, ya que los consumidores buscan alternativas más accesibles en un entorno económico marcado por la crisis. Esto ha hecho que marcas como Shein, Pepco, Zeeman o Kik, que ofrecen prendas a precios más bajos, permitiendo ajustar más fácilmente el gasto ante presupuestos limitados.
Esta tendencia refleja una conciencia creciente sobre la importancia de gastar de manera inteligente y ética en un mundo donde el poder adquisitivo se ve comprometido por el desequilibrio entre los aumentos salariales y la inflación.