El retorno de los trabajadores españoles desde el extranjero es uno de los nuevos objetivos del Gobierno de Pedro Sánchez.

De acuerdo al Ejecutivo, estos trabajadores pueden contribuir significativamente al desarrollo económico, social y cultural de España, ayudando a recuperar y aprovechar el talento y la experiencia perdidos en el pasado.

El impacto económico de la diáspora española es significativo. Según un estudio de BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), la salida de 400.000 españoles con educación superior en un año representó una pérdida de riqueza de 155.000 millones de euros, equivalente al 1% del valor total de la mano de obra en España. Esta cifra pone de relieve la importancia de implementar políticas efectivas para fomentar el retorno de estos trabajadores y contribuir así al crecimiento económico nacional.

La iniciativa del Gobierno español de incentivar el retorno de 1,7 millones de españoles en edad de trabajar, que tienen entre 16 y 64 años, y que residen en el extranjero incluye la creación de una dirección general específica dentro del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones para atender a los trabajadores nacionales emigrados. Esta nueva oficina bautizada como Ciudadanía Española en el Exterior y Políticas de Retorno, contará con María Elena Bernardo Llorente al frente y dependerá de la secretaría de Estado, que lidera Pilar Cancela.

Además, la Seguridad Social se encuentra desarrollando un Plan Estratégico para facilitar la vuelta de estos españoles que se encuentran en otros países. Según ha trascendido, el Ministerio que dirige Elma Saiz, implementará medidas enfocadas en los profesionales en las áreas sanitarias, de educación, social y cultural.

Desde el Ejecutivo, no descartan que el programa incluya a los servicios públicos de empleo regionales y a otros ministerios, como pueden ser el de Trabajo o el de Vivienda para poder implementar subsidios o ayudas públicas básicas para hacer más atractiva la oferta.

La necesidad de inversiones para facilitar un retorno efectivo es una consideración importante en este proceso. Aunque el regreso de los trabajadores españoles desde el extranjero puede ser beneficioso a largo plazo, también implica la necesidad de nuevas inversiones. La formación y la experiencia adquiridas en el extranjero deben ser rentabilizadas a través de políticas y programas que faciliten su reintegración en el mercado laboral nacional. Esto podría requerir medidas como la actualización de habilidades, programas de reentrenamiento y apoyo para la reinserción laboral, lo que demanda una planificación estratégica y asignación de recursos adecuada por parte del Gobierno y las instituciones pertinentes.

La diáspora española se distribuye principalmente en América y Europa, con países como Alemania, Argentina, Brasil, Francia, México y Reino Unido como los principales destinos. Esta dispersión geográfica subraya la necesidad de abordar las diferentes realidades y desafíos que enfrentan los españoles en el extranjero. Además, se plantea la importancia de establecer colaboraciones con las comunidades españolas en el exterior, así como con organizaciones internacionales y empresas, para facilitar el proceso de retorno y maximizar su impacto positivo en la economía y la sociedad españolas.

La acción, aunque es considerada positiva por parte de los expertos, tampoco despierta gran emoción debido al ambiente tan complicado para emprender en el país, que se suma a la incertidumbre política. También detallan que es será complicado atraer a directivos con experiencia internacional debido a las condiciones salariales actuales.