El Banco Central Europeo (BCE) ha anunciado una medida para fortalecer la supervisión bancaria cuando menos llamativa.
El organismo estaría planteando la presencia de psicólogos para vigilar los consejos de administración de los bancos. El BCE asegura que está adoptando medidas innovadoras para fortalecer la supervisión y mejorar la transparencia y la eficiencia en la gobernanza bancaria con el objetivo de salvaguardar la estabilidad financiera en la Eurozona.
Según fuentes cercanas al BCE, está considerando la posibilidad de enviar psicólogos a los consejos de administración de las entidades financieras para vigilar de cerca el funcionamiento de los máximos órganos de gobierno.
Esta medida tiene como objetivo principal evitar que los consejeros simulen comportamientos durante las inspecciones in situ, permitiendo así identificar y desenmascarar conductas falsas que podrían distorsionar la imagen real del funcionamiento de las entidades financieras. El modelo de supervisión propuesto por el BCE se inspira en prácticas utilizadas en Países Bajos, donde la presencia de psicólogos e inspectores en los consejos de administración es habitual para evaluar las conductas de los máximos líderes empresariales.
Sin embargo, esta iniciativa no está exenta de controversia. Algunos bancos centrales nacionales, como el Banco de España, muestran reticencias hacia este enfoque. Argumentan que la presencia de supervisores en las reuniones del consejo podría implicarlos indirectamente en las decisiones empresariales, lo que podría generar conflictos de interés y dificultar la aplicación de sanciones en caso de irregularidades.
A pesar de las preocupaciones planteadas por algunos actores del sector bancario, el BCE está decidido a seguir adelante con su plan de fortalecimiento de la supervisión. Además de la inclusión de psicólogos en las inspecciones in situ, el BCE planea revisar las actas de los consejos de administración y publicar las mejores prácticas en gobernanza bancaria.
Esta revisión de actas tiene como objetivo destacar de manera positiva a aquellas entidades financieras que demuestren un funcionamiento eficiente de sus órganos de gobierno. La publicación de estas mejores prácticas servirá como una guía para el sector bancario y promoverá estándares más altos de transparencia y responsabilidad en la gestión bancaria.
Además de las medidas mencionadas, el BCE continuará supervisando directamente a las entidades de crédito significativas en los países participantes, representando casi el 82% de los activos bancarios en la región. Esta supervisión directa es crucial para garantizar la estabilidad y solidez del sistema financiero europeo en su conjunto.