El euro digital no convence ni a Europa

Un informe encargado por Bruselas pone en entredicho el proyecto

El euro digital no convence ni a Europa
Imagen de Wilfried Pohnke en Pixabay

Un informe encargado por Bruselas pone en tela de juicio la necesidad y la eficacia del euro digital como una solución a los problemas económicos y financieros actuales.

La falta de claridad sobre su propósito y los posibles riesgos asociados a su implementación plantean dudas sobre su viabilidad y utilidad a largo plazo. Ante este panorama, es fundamental que las autoridades financieras evalúen cuidadosamente las implicaciones y consideren alternativas antes de avanzar en la implementación de esta iniciativa.

La discusión sobre la necesidad de desarrollar un euro digital ha generado un debate entre expertos y autoridades financieras. Karl Whelan, economista y profesor de la University College Dublin, en su informe “El euro a los 25 años y ¿qué es lo próximo para el BCE?”, plantea interrogantes sobre la conveniencia de esta iniciativa, encargado por la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios (ECON) del Parlamento Europeo.

Una de las principales conclusiones del informe es que el euro digital podría no ser realmente necesario. Whelan cuestiona el propósito de esta moneda electrónica, señalando que aún no está claro cuál es el problema que busca solucionar. Aunque reconoce que promover el buen funcionamiento de los sistemas de pago es una obligación del BCE, duda de si el euro digital sería la respuesta adecuada.

El economista destaca que, según el propio BCE, se impondría un límite al tamaño de las cuentas en euros digitales para evitar la fuga masiva de depósitos bancarios y mantener la estabilidad financiera. Esta restricción podría situarse alrededor de los 3.000 euros por cuenta. Sin embargo, Whelan plantea que hasta el momento no ve argumentos claros que justifiquen la necesidad de un euro digital, ya que no se identifican grandes fallos en el mercado que requieran la intervención pública.

La incertidumbre sobre la utilidad del euro digital también se ha expresado desde el ámbito regulatorio. Incluso Christine Lagarde, presidenta del BCE, ha reconocido los riesgos asociados con limitar el uso del efectivo, como la vulneración de la privacidad de los ciudadanos. Esto plantea la pregunta sobre las motivaciones reales detrás del impulso de la UE para crear una versión digital del euro.

Además, se plantea la preocupación sobre el impacto de las criptomonedas, como Bitcoin, en el control monetario de los bancos centrales. Las monedas digitales descentralizadas y anónimas basadas en blockchain desafían el monopolio tradicional de las autoridades monetarias. Ante este escenario, el euro digital podría surgir como un intento de las instituciones financieras de mantener su relevancia en un entorno cada vez más digitalizado y descentralizado.

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24h Economía

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