La carga fiscal que enfrenta el sector bancario español ha sido motivo de debate y preocupación en los últimos años, y las cifras revelan un panorama desafiante. Las cinco principales entidades financieras del país, incluyendo a CaixaBank, BBVA, Santander, Sabadell y Bankinter, registraron un beneficio antes de impuestos cercano a los 18.000 millones de euros durante el pasado ejercicio. Sin embargo, esta cifra se vio considerablemente reducida, prácticamente en un 40%, como resultado de la aplicación del Impuesto de Sociedades y del gravamen extraordinario impuesto al sector.
La fiscalidad desproporcionada en el sector bancario es evidente al comparar los beneficios obtenidos con los impuestos pagados. A primera vista, podría parecer que el sector está sometido a una carga fiscal del 25% de sus ganancias brutas. Sin embargo, al ajustar los datos para considerar las bases imponibles aplicables y hacer una comparativa homogénea, se revela que la fiscalidad sectorial equivale al 37% de sus resultados en España. Esto refleja una carga tributaria significativamente alta en comparación con otros sectores económicos, lo que plantea interrogantes sobre la equidad y la competitividad del entorno fiscal para las instituciones financieras.
La fiscalidad desmedida no solo impacta en las finanzas de las entidades bancarias, sino que también tiene repercusiones en la economía real. Una parte importante del Impuesto de Sociedades recae sobre los salarios de los trabajadores, lo que puede afectar negativamente la capacidad adquisitiva de los empleados. Además, el coste de la financiación ofrecida a empresas y familias se ve afectado, lo que puede tener consecuencias en la inversión y el consumo. De hecho, Santander estima que, por cada euro generado por el gravamen extraordinario, el sector retira 17 euros de crédito a la economía, lo que subraya el impacto directo de las altas tasas impositivas en la actividad económica y el acceso al crédito.
Es importante destacar que esta fuerte fiscalidad no solo se limita a los impuestos específicos aplicados al sector bancario, sino que también afecta a otros gravámenes generales. Un estudio elaborado por la consultora PwC estimó que las empresas del Ibex dedican aproximadamente el 50% de sus beneficios a cumplir con una variedad de obligaciones tributarias impuestas por el gobierno. Esta carga impositiva significativa afecta directamente el atractivo de los títulos cotizados en el mercado, lo que puede tener implicaciones en la inversión y el rendimiento financiero para los accionistas.
Las tasas impositivas en el sector bancario español plantea desafíos significativos tanto para las instituciones financieras como para la economía en su conjunto. La necesidad de encontrar un equilibrio entre la recaudación fiscal y la promoción de un entorno empresarial competitivo y equitativo es fundamental para garantizar el crecimiento económico sostenible y el desarrollo financiero a largo plazo.