El Gobierno de Pedro Sánchez suele hablar del éxito económico de su gestión, aunque los datos no siempre acompañen el panorama tan optimista.
Un punto en el que suelen hacer énfasis el Ejecutivo sanchista y la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, es en los datos de empleo. Pese a que el desempleo efectivamente se ha reducido, hay un aspecto que no cuentan desde el Gobierno, que esta reducción ha venido acompañada de un aumento en la precariedad del empleo.
Los españoles están experimentando un deterioro económico notable, en el que cada vez el poder adquisitivo disminuye pero además, se han convertido en la mano de obra más barata de Europa y sufren el peor desempeño laboral en comparación con otros países de la región, de acuerdo a los datos objetivos.
Uno de los puntos resaltados por el Gobierno recientemente ha sido la creación de más de medio millón de puestos de trabajo en términos interanuales, una cifra que en principio podría considerarse positiva. Sin embargo, tras analizar los datos, se revela una realidad preocupante: la precariedad laboral se ha vuelto alarmante.
Para lograr esas nuevas afiliaciones a la Seguridad Social, de acuerdo al reportaje de Libremercado, se han firmado más de 14 millones de contratos, lo que equivale a que cada nuevo afiliado haya tenido que suscribir más de 28 contratos al año, evidenciando una rotación laboral excesiva y una alta inestabilidad en el mercado de trabajo.
A pesar de los esfuerzos del Gobierno por resaltar el aparente éxito, la falta de transparencia en la presentación de datos es evidente. Mientras se celebra el récord de afiliaciones a la Seguridad Social, se ignora deliberadamente la realidad detrás de estas cifras. La manipulación de los datos para ocultar la precariedad laboral y la alta rotación en el empleo revela una falta de compromiso con la verdad y la transparencia en la comunicación oficial.
En última instancia, la percepción pública de la situación económica no se alinea con la narrativa gubernamental. A pesar de los intentos por proyectar una imagen de progreso y prosperidad, los ciudadanos están experimentando un deterioro en su calidad de vida y un aumento en la inseguridad laboral. Esta desconexión entre la retórica oficial y la realidad cotidiana plantea serias dudas sobre la efectividad de las políticas económicas implementadas por el Gobierno de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz.