El Gobierno de Pedro Sánchez vuelve a protagonizar otra pifia internacional.
Después de que las filtraciones socialistas hicieron huir la posibilidad de contar con una fábrica de Tesla en la Comunidad Valenciana, ahora la empresa automovilística india Tata Motors, propietaria de Jaguar Land Rover, dio la espalda a España para cerrar un acuerdo con Reino Unido.
En concreto, levantarán en la localidad inglesa de Somerset la gigafactoría de baterías para coches eléctricos, una fábrica que España quería implementar en la localidad zaragozana de Zuera, y que supondrá unos 9.000 empleos.
Según han informado varios medios del país británico, el Gobierno británico habría ofrecido ayudas de unos 550 millones de euros a Tata Motors para asegurar la planta, aunque desde Jaguar Land Rover negaron dicho ofrecimiento de financiación.
En su momento, el Gobierno español, por medio de la anterior ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, había mantenido varias reuniones con la compañía india para tratar la posible inversión en el territorio nacional de la firma india.
Un acuerdo por el que Tata Motors invertirá más de 4.500 millones de euros en la gigafactoría de baterías para coches eléctricos. Esta nueva fábrica de Tata Motors generará unos 4.000 puestos de trabajo altamente cualificados y otros miles para la cadena de suministro, mientras que la producción de baterías en esta planta empezará en 2026.
En este sentido, la planta suministrará a los futuros modelos de Jaguar Land Rover, como los Range Rover, Defender, Discovery y Jaguar, pero también tendrá potencial para dar servicio a otros fabricantes. De hecho, la factoría, que tendrá una capacidad de 40 gigavatios hora (GWh), podrá proporcionar en 2030 casi la mitad de la producción de baterías que necesitaría Reino Unido, según ha estimado la Faraday Institution.
Ayudas y no impuestos
El primer ministro británico, Rishi Sunak, ha celebrado la inversión de Tata asegurando que es el «testimonio» de la fortaleza de la industria de fabricación británica. «Podemos estar increíblemente orgullosos de que Gran Bretaña haya sido elegida como sede de la primera gigafábrica de Tata Group fuera de la India, asegurando nuestro país como uno de los lugares más atractivos para construir vehículos eléctricos», ha destacado.
Por su parte, el presidente de Tata, Natarajan Chandrasekaran, ha asegurado que su inversión traerá tecnología punta al país británico, «ayudando a impulsar la transición del sector a la movilidad eléctrica».
Además, Chandrasekaran ha agradecido al Gobierno su apoyo por estar «tan cerca nuestro para hacer posible esta inversión».
Aunque se estimaba que el gobierno británico habría ofrecido ayudas de algo más 500 millones de euros a Tata Motors para asegurar la planta, algo que desde Jaguar Land Rover negaron, el propio Gobierno de Reino Unido ha asegurado en un comunicado que los detalles de su apoyo a Tata se publicarán «a su debido tiempo» como parte de los datos regulares de transparencia.
También han remarcado que el Centro de Propulsión Avanzada (APC, por sus siglas en inglés), que fue lanzado en 2013, tiene comprometidos fondos por valor de 1.400 millones de libras para desbloquear la inversión privada en nuevas cadenas de suministro para vehículos de bajas emisiones.