La hipocresía de UGT alcanza un nuevo peldaño.
El sindicato, que protagonizó la polémica de las gambas y langostas, ahora está sufriendo un motín por parte de sus trabajadores.
Mientras que UGT se alía con Yolanda Díaz para acosar a los empresarios y forzarles a constantes aumentos de salarios (a pesar del impacto negativo que tendrá en la generación de nuevo empleo), el sindicato evita predicar con el ejemplo y mantiene unas condiciones indignas para sus propios trabajadores.
La plantilla de UGT denuncia que desde hace tres años el convenio colectivo marco está caducado y que la propuesta de subida salarial que les hacen llegar desde la cúpula del sindicato es «irrisoria». Por eso, salieron a protestar frente a las sedes de UGT en Madrid, Andalucía, Baleares, Comunidad Valenciana, País Vasco, Extremadura y La Rioja.
Solo se trata de la punta del iceberg, las movilizaciones generales llegarán en el primero de mayo contra el sindicato liderado por Pepe Álvarez.
Según trascendió a la prensa, UGT habría prometido una subida del 2,8% para 2022 y del 2,5% para 2023. Sin embargo, a los empleados no le salen las cuentas teniendo en cuenta que la inflación está por encima del 7% o que el sindicato no se aplica el cuento que sí le busca imponer al resto de empresas de España (un alza salarial del 5% para 2022 y un 4,5% para 2023).
Desde UGT echan balones fuera y aseguran que “no es una empresa” y en “que no tiene beneficios” para subir más los salarios. Sin embargo, según sus últimas cuentas publicadas, de 2021, el sindicato obtuvo un beneficio de 220.000 euros, un 255% superior al de 2020, según desvela OkDiario.
El mismo medio explica que UGT también mejoró los ingresos, al menos en el ejercicio que cerró y publicado ya, 2021, que ascendieron a 9,2 millones de euros, un 2% superior a los de 2020. Se trata de los ingresos por afiliados, porque las subvenciones públicas del Gobierno de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz también se han disparado.
Este año subirán a 17 millones -en conjunto- y en la suma de la legislatura llega a los 56 millones de euros. Récord de subvenciones públicas, aumento de los beneficios y de los ingresos por afiliados.
Desde la dirección de UGT aseguran que no darán su brazo a torcer, mientras que desde el sindicato se sigue levantando un motín que podrán contra las cuerdas al principal aliado de Yolanda Díaz. Quizás, su alzamiento, haga saltar las gambas y langostas de la mesa de los líderes sindicales.