Borja Pascual ante la subida del SMI: «Consejos vendo y para mi no tengo»

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Estamos ya cansados de oir hablar de la espectacular reducción de la temporalidad en el empleo en España, y como este gobierno lo atribuye a la reforma laboral que puso en marcha hace ya más de un año.

Sin embargo, esto es así. Lo que demuestran los datos es que el índice de temporalidad ha bajado, no que la temporalidad hay descendido.

Pero, ¿Cómo puede ser esto?, muy fácil, obligando al mercado laboral a elegir contratos fuera del índice, como los contratos Fijos-discontinuos, para poder seguir contratando de manera temporal.

Dicho de otro modo, se prohíben los contratos temporales y, así de fácil, desaparece la temporalidad.

Prohibamos el hambre en el mundo y.., Fin del problema, ¿no?

La temporalidad es necesaria en muchos sectores y actividades para cubrir temporadas, picos, proyectos concretos, etc…

No entender esto es no entender cómo funcionan muchos negocios.

Otra cosa es luchar contra los abusos en la temporalidad, la utilización de las herramientas disponibles para usos no autorizados, como siempre en estos casos, persíganse.

En estos momentos el índice de temporalidad en el sector privado ha bajado casi 2 puntos desde la reforma laboral, situándose ahora en 22,1%.

Pero ¿La temporalidad ha bajado?, me temo que no.

Por otro lado, cuando el estado, las administraciones actúan como empleadores, las normas no son las mismas y los objetivos y argumentos tampoco.

Recordemos las críticas a los contratos precarios que ofrecían los empresarios que denigraban a los trabajadores y los mantenían en condiciones indignas.

Pues parece que esto solo aplica los trabajadores del sector privado, los del sector público han aumentado su temporalidad, ahora en el 32,5%, y eso que la contratación indefinida depende de los políticos directamente, no hace falta cambiar leyes, solo criterios, y aun así 10 puntos por encima.

Así, cuando el estado no solo es el árbitro, cuando juega directamente en la cancha, las reglas son otras, los argumentos y motivaciones, ya no son válidos.

Pero esto no acaba con la reforma laboral y la persecución a la temporalidad, también ocurre con el Salario Mínimo Interprofesional.

Nueva subida del SMI

Volvemos a subir, por decreto ley, y de manera retroactiva el salario mínimo de los trabajadores del sector privado, los del público no.

Y como principales argumentos nos volvemos a encontrar con la dignidad de los trabajadores, es imprescindible que cobren un “salario digno”, los del sector privado, pero ¿y los del sector público?

Seguro que no sabías que mientras se sube el SMI una y otra vez, incrementando así la recaudación de impuestos y cotizaciones a la seguridad social, los empleados públicos, policía, militares, funcionarios de prisiones, guardias civiles, etc… comienzan con salarios muy, muy por debajo del “salarios digno”.

Para que te hagas una idea, hablamos de salarios que oscilan entre los 696,13 y los 836,41 euros al mes, esto es entre 243,59 y 410,70 euros menos.

Y ¿por qué la subida del SMI a los trabajadores privados no se aplica también a los trabajadores del sector público?, pues muy sencillo, el estado está exento de esta obligación.

El segundo argumento, cumplir con las directrices de la Unión Europea, vamos que nos obliga Europa, tampoco se sostiene.

Sin esta última subida ya éramos el país con mayor proporción entre el SMI y el salario mínimo, cerca del 54%, cuando la recomendación es estar en el 60%, condición que ya cumplimos, NADIE MAS LO HACE.

Así pues, solo nos queda una explicación doble, conseguir aumentar la recaudación a la vez que se lanza un mensaje electoral a todos los afectados por la subida de sus salarios.

Así pues, consejos vendo, o impongo, y para mi no tengo.

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